El ser humano es un ser vivo, pluricelular, perteneciente al reino animal, con esqueleto interno, mamífero placentario y perteneciente al orden de los primates y, más concretamente, al género homo.

Su gran salto evolutivo fue adoptar la posición bípeda.

Esta ventaja evolutiva le permitió liberar las manos, volviéndose el pulgar oponible para poder fabricar herramientas. También aumentó su capacidad craneal para albergar un cerebro mayor, y su laringe sufrió una transformación para desarrollar un lenguaje complejo.

Su falta de especialización y su anatomía vulnerable, paradójicamente, le permitieron tener una ventaja evolutiva, vivir en una sociedad organizada. Eso, y su adaptabilidad para adecuarse a muy diversas condiciones ambientales, le han permitido ser el ser vivo con mayor dominio sobre los demás e incluso sobre el futuro del planeta.