La caída del Imperio romano supuso un gran paso atrás en casi todos los aspectos: culturales, económicos, políticos… provocando el fin de la Edad Antigua y el inicio de la Edad Media.

Las fronteras romanas eran ya muy permeables, y si a esto le añadimos la debilidad política y la inestabilidad económica que estaba sufriendo el territorio, todo este conjunto de circunstancias permitió que los pueblos bárbaros aprovecharan la coyuntura para invadir todo el occidente europeo. Tan solo el Imperio romano de Oriente (Imperio bizantino) permaneció a salvo hasta 1453 con la caída de Constantinopla a manos del ejército turco, iniciándose así la Edad Moderna.

En el caso concreto de Hispania, a partir del siglo V varios pueblos bárbaros irrumpieron en territorio peninsular. Después de la crisis y la desaparición del Imperio romano, los visigodos crearon un reino independiente que perduró hasta la invasión musulmana del año 711.